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«Si me engañas una vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos, es mía»

Anaxágoras

La semana pasada me invitaron a un evento sobre inversión de una famosa aseguradora española.

Este evento se dividía en dos partes.

La primera, un análisis de los mercados.

Regla número 1 de la influencia: mostrar autoridad.

Y analizar los mercados, aciertes o no en tu análisis, ya es una muestra de autoridad.

O al menos, un intento.

La segunda, la venta de los fondos de inversión de la compañía.

Esta fue la mejor parte.

Primero, el comercial se esforzó en vender el potencial de la renta variable si invertimos a largo plazo.

Algo que podría tener cierto sentido…si la media de edad de la sala no fuera de 65 años o más.

Todo esto para vender su fondo «estrella» de renta variable.

Fondo compuesto por empresas como Mastercard o Microsoft.

Según él, todas ellas con ventajas competitivas y dominio de mercado.

«¿Por qué Mastercard y no VISA?», se preguntaba en voz alta.

«Porque tenemos analistas que se encargan de escoger las mejores compañías», se contestaba a si mismo.

Todo muy complejo.

Todo muy elaborado.

Todo muy MENTIRA.

Comparemos el comportamiento de este fondo con un indexado de renta variable global como el iShares Developed World Index Fund.

Fondo de la aseguradora (azul) vs fondo indexado de renta variable global (naranja) en un periodo de 5 años

En azul, el superfondo.

En naranja, el fondo indexado.

Curiosamente, ambos se mueven en paralelo.

¿La diferencia? Los costes.

Costes del superfondo: 2%.

Costes del fondo indexado: 0,13%.

Bajo todas esas palabras de sofisticación y complejidad, el comercial estaba vendiendo lo que se conoce como un «closet indexer».

Fondos teóricamente de gestión activa, con comisiones de gestión activa…que en realidad replican un índice.

Venden duros a seis pesetas.

No es un timo, pero se parece.

¿Y por qué lo hacen?

Porque pueden.

Porque la mayoría de sus clientes no tienen los conocimientos básicos para tomar una decisión propia y, además, desconfían de cualquier entidad que no sea su banco detodalavida.

¿MyInvestor? Chiringuito.

¿Raisin? Uy quita, quita. ¡¿Cómo voy a llevar mi dinero a bancos estonios o suecos?!

Hasta aquí, las malas noticias.

La buena noticia es que esto puede cambiar.

Poco a poco.

Gota a gota.

Pero solo cambiará si gente como tú hace algo.

Si como consumidor, te formas y eres exigente.

Si votas solo como se puede votar en el mercado.

Cogiendo tu dinero y llevándolo allí donde no te tomen por tonto.

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