«Lo que no se mide, no se puede mejorar»
Lord Kelvin
Una de las cuatro excusas habituales para no invertir es que esto solo está al alcance de unos pocos ricos. Aunque es falso, sí es cierto que para crear nuestra primera cartera hay una condición necesaria: Ahorrar.
El ahorro no es una actividad placentera. Cuando ahorramos posponemos el consumo presente por un consumo futuro. Esto es doloroso ya que para nuestro cerebro, ahorrar no es más que una pérdida de dinero.
Mucha gente intenta ahorrar simplemente diciendo: «Voy a intentar gastar menos». Sin embargo, no tienen un plan de acción. Aquí reside el primer error.
En el artículo de hoy veremos por qué nos cuesta ahorrar, por qué los presupuestos no funcionan y cómo diseñar una hoja de gastos que aumente nuestro autoconocimiento y nos ayude a mejorar nuestra tasa de ahorro.
Contenido
No estamos diseñados para ahorrar
La sociedad moderna está diseñada para que nuestros instintos primitivos entren en conflicto con nuestros intereses económicos. Para nuestros genes, ahorrar es un acto antinatural. Nuestros antepasados cazadores-recolectores no conocían el concepto de ahorro. Cuando conseguíamos cazar un animal, disfrutábamos de grandes banquetes y no dejábamos nada para mañana.
En la actualidad, a esta escasa predisposición genética para el ahorro, hay que sumarle un obstáculo tecnológico: el comercio electrónico.
El comercio electrónico: tan cómodo, tan peligroso
El comercio electrónico ha hecho nuestra experiencia consumidora mucho más sencilla y cómoda. Las compras que antes te requerían horas, ahora son cuestión de minutos. Según un informe de la CNMC, este cambio de paradigma ha provocado un crecimiento del 187% entre 2012 y 2017.
Existen dos razones por las que el comercio online ha experimentado semejante crecimiento:
- Experiencias de compra más placenteras
- Pagos más transparentes
Experiencias de compra más placenteras
El comercio electrónico está diseñado para que nuestros instintos primitivos entren en conflicto con nuestros intereses económicos. En la prehistoria, la comida era escasa y la caza era una lotería. Así, cuando una gran pieza se ponía a nuestro alcance, nuestro sistema de recompensa segregaba dopamina que nos empujaba a cazar el animal. Sin la dopamina no habríamos sobrevivido.
Miles de años después, el comercio electrónico nos produce unas sensaciones similares a la caza de búfalos para nuestros antepasados. Los estudios sobre dopamina del doctor Robert Sapolsky observan claramente este efecto. En un estudio, varios monos fueron entrenados para pulsar un botón tras una señal luminosa. Tras diez pulsaciones, aparecía un trozo de comida. El doctor Sapolsky observó que la dopamina de los primates se disparaba tras la señal luminosa y permanecía elevada hasta la aparición de la comida. Después, la dopamina volvía a descender. Es decir, la dopamina no aumentaba al obtener la recompensa sino durante la espera. Este efecto es conocido como anticipación a la recompensa.
Con el comercio electrónico nos ocurre algo parecido. La excitación y la liberación de dopamina no se produce al recibir el artículo sino cuando vemos la «maravillosa» oferta hasta que nos llega el paquete a casa.
¿Ahora te explicas esa emoción que sientes al recibir tus pedidos de Amazon?
Pagos más transparentes
Uno de las consejos habituales cuando una persona quiere ahorrar es reducir el uso de la tarjeta. Desde un punto de vista conductual, tiene mucho sentido (Estudio). Uno de los sesgos conocidos del ser humano es la aversión a las pérdidas. Cuando pagamos con dinero en efectivo, el dolor que produce su pérdida es inmediato. En cambio, al pagar con tarjeta, este dolor se pospone hasta casi un mes después si utilizamos una tarjeta de crédito. Comprar más con efectivo y menos con tarjeta ha demostrado ser muy eficaz para:
En el caso del comercio electrónico, la tarjeta es el medio de pago habitual. Además, en muchas ocasiones no tenemos ni que abrir la cartera para escribir su número. La propia web ya lo tendrá guardado en nuestro perfil de cliente. Dolor del gasto igual a cero. Este es el fenómeno conductual conocido como cashless effect. A mayor transparencia en el pago, mayor predisposición a gastar (Estudio). La industria del comercio online lo sabe y se aprovecha de ello.
¿Ahora entiendes servicios como PayPal One Touch o los Pedidos en 1-Click de Amazon? Si quieres reducir tus compras online, desactívalos.
Olvídate de los presupuestos
La acción habitual cuando queremos ahorrar es diseñar un presupuesto. En él, dividimos nuestros gastos por categorías y estimamos un gasto mensual para cada una de ellas. Esta es la recomendación habitual de muchos asesores financieros. Lamentablemente, estos presupuestos pocas veces funcionan. Y hay un culpable: la contabilidad mental.
¿Qué es la contabilidad mental?
Richard Thaler, premio Nobel de Economía 2017, descubrió en el año 1985 (Estudio) que no percibimos igual todos nuestros gastos. Su impacto estará influido por el origen del dinero gastado y el tipo de gasto incurrido. Este sesgo cognitivo fue bautizado como contabilidad mental. Veámoslo con un ejemplo:
Un sábado por la tarde decidimos ir al cine y se nos plantean dos escenarios:
- Escenario 1: Como no queremos soportar colas, compramos las entradas por Internet y las imprimimos en casa. Al llegar al cine, miramos en nuestra cartera y vemos que las hemos perdido.
- Escenario 2: Como no tenemos prisa, sacamos dinero del cajero y decidimos comprar las entradas en taquilla. Al llegar a la puerta del cine descubrimos que hemos perdido el dinero de las entradas.
¿En qué caso hay más posibilidades de que compremos las entradas al llegar a la taquilla?
Según los estudios de Richard Thaler, en el escenario 2. Mientras que el dinero gastado en el escenario 1 ya lo hemos categorizado internamente como Entretenimiento, en el escenario 2 los billetes perdidos caen en una categoría mental diferente. Probablemente ni lo consideremos. Como consecuencia, comprar de nuevo las entradas nos supondrá un mayor coste mental que adquirirlas tras haber perdido el dinero. Sin embargo, el coste real en ambos escenarios es el mismo.
El gran descubrimiento de la contabilidad mental es que los seres humanos no tratamos todo el dinero por igual sino que tiene más o menos valor según su origen y su destino. Esto choca frontalmente con la teoría económica de que el dinero es un bien fungible. Es decir, todo el dinero tiene el mismo valor independientemente de donde venga o en qué lo gastemos.
Precisamente, los presupuestos no hacen más que reforzar esta contabilidad mental y nos lleva a comportamientos ilógicos como el demostrado en el ejemplo anterior.
Los presupuestos y la ley de Parkinson
«Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos»
2ª ley de Parkinson
Esta contabilidad mental a la que inducen los presupuestos tiene otra consecuencia. Para nuestro cerebro, el presupuesto de una categoría debe consumirse al completo. Independientemente de que lo necesitemos o no. Podríamos definir este comportamiento como un corolario a la 2ª ley de Parkinson:
«El gasto de una categoría aumentará hasta cubrir todo su presupuesto».
Si a esto le sumamos la rigidez propia de un presupuesto, nos encontramos con dos problemas (Estudio):
- Derrocharemos en gastos innecesarios solo por consumir el presupuesto asignado.
- Renunciaremos a ciertos gastos deseados ya que el presupuesto asignado fue insuficiente para nuestros deseos reales.
Controla tus gastos y te conocerás a tí mismo
Que los presupuestos sean poco efectivos no significa que no sea necesario controlar nuestros gastos. En cambio, el enfoque que debemos dar a este control debe ser completamente diferente. En lugar de llamarlo presupuesto, lo llamaremos tabla de gastos mensuales. Como veremos a continuación, ambos conceptos son muy diferentes.
Diseñar un presupuesto con las categorías clásicas (ocio, hogar, deporte, etc.) y sin conocer nuestros gastos es lo más parecido a querer adelgazar acudiendo a un mal nutricionista para recibir una de las famosas dietas de cajón. La labor de un nutricionista es conocer a su paciente y adaptar la dieta a sus gustos, necesidades, estilo de vida, etc.
Antes de diseñar la tabla de gastos mensuales, deberemos conocernos a nosotros mismos. Igual que un nutricionista a su paciente. Esta fase de autoconocimiento es explicada al detalle en el excelente libro Your Money or your Life de Vicki Robin y Joe Dominguez.
Apunta todos tus gastos
El primer paso para comenzar a conocernos a nosotros mismos es sencillo. Apunta todos tus gastos. Sí, TODOS. Pese a ser algo muy simple, para muchas personas es tremendamente difícil.
Anotar todos tus gastos requiere una vigilancia constante. Especialmente cuando no tienes el hábito adquirido. Por ese motivo, las personas que deciden controlar sus gastos, suelen hacerlo a grandes rasgos. Por ejemplo, anotan grandes gastos como comer fuera de casa o la gasolina del coche pero ignoran otros gastos aparentemente pequeños como las cervezas con los amigos o los cafés de la oficina. También hay personas que deciden controlar los gastos de su tarjeta e ignoran todo lo que gastan en efectivo. Ambas estrategias son completamente erróneas.
Esta hoja de gastos es todo lo que necesitas para comenzar a conocer tu comportamiento con el dinero. Ni más, ni menos.
Las categorías deben ser un reflejo de tí mismo
Tras un mes apuntando todos tus gastos, ya tendrás información suficiente para crear tu tabla de gastos mensuales.
Un error común de los presupuestos es clasificar los gastos en categorías generales como ropa, comida o deporte. Este tipo de clasificaciones no dicen nada sobre ti. No es lo mismo comprar ropa básica que comprar ropa para ir a la moda o como terapia antiestrés. Del mismo modo, no es lo mismo la comida en la cafetería del trabajo que las comidas sociales con amigos o con tu pareja.
Cuando diseñes tu tabla de gastos mensuales, deberás clasificar tus gastos en categorías que sean un reflejo de tu vida. Haz que las categorías encajen contigo, no encajes tú en las categorías. Eso sí, olvídate de estimar los gastos futuros de esas categorías como harías con un presupuesto. Simplemente agrupa y suma.
Según vayan pasando los meses y vayas refinando tus categorías, podrás hacer un verdadero análisis de tu relación con el dinero y realizar las preguntas correctas: ¿Por qué gasto tanto dinero en accesorios para correr? ¿Realmente disfruto comprando ropa para relajarme? ¿Sería más útil y barato salir a dar un paseo?
Una vez tengas respuestas a todas estas preguntas, podrás saber donde y cómo recortar tus gastos.
Diseña tu hoja de gastos en 15 minutos
Crear tu hoja de gastos y la tabla de gastos mensuales es muy fácil. Solo necesitarás un lápiz y una libreta. Nada más. Sin embargo, la tecnología nos puede facilitar aún más esta tarea. Mi opción favorita para apuntar y clasificar mis gastos son las hojas de cálculo de Google. Tengo acceso a ellas desde todos los dispositivos y me permiten realizar la tabla de gasto mensual de forma casi directa desde mi hoja de gastos.
En el siguiente video te explico cómo diseñar esta hoja en menos de 15 minutos.
Si te ha gustado la hoja de gastos que he diseñado en el vídeo, la tienes disponible aquí.
Resumen
Muchas personas alegan que no pueden ahorrar porque no cobran lo suficiente. Si bien en unos casos es cierto y hay familias con grandes dificultades para llegar a fin de mes, en otros se trata de una falta de educación financiera. A fin de cuentas, un gran salario no es sinónimo de un gran ahorro. Sin una adecuada educación financiera, el dinero saldrá por la ventana tan rápido como entró por la puerta. Los deportistas de élite son un claro ejemplo. Según un reciente estudio, el 15% de los jugadores de la NFL entran en bancarrota 12 años después de su retirada.
Aunque llevar una vida sencilla y minimalista como aconsejan los estoicos puede ser una buena estrategia para ahorrar más, no todo el mundo está capacitado para ello. Si ese es tu caso, huye de los presupuestos y elabora tu hoja de gastos. Gracias a ella serás más consciente de tus hábitos económicos, aumentarás tu tasa de ahorro y enderezarás tu futuro económico.
Mientras arrancas con este proceso de autoconocimiento, puedes comenzar a ahorrar limitando el uso de tu tarjeta, reduciendo las compras online y desactivando los servicios de pago en un click.
Buen artículo Alejandro. Sobre la psicología del dinero, te recomiendo el libro ‘Your money and your brain’ de Jason Zweig.
Yo con el ahorro aplico el método ‘págate a ti primero’ y el primer dia de cada mes aporto dinero al fondo indexado correspondiente.
Saludos
Buenas inversor impasible!
Gracias por la recomendación. El libro de Zweig ya lo tenía guardado en mi lista de futuribles pero tampoco con mucha prioridad. Si realmente lo recomiendas, lo subiré en la lista 🙂
El ‘Págate a ti primero’ yo tamibén lo aplico, sobre todo por comodidad. Una transferencia automática y listo!
Un saludo,
Alejandro
Gracias por el artículo. Podrías poner un enlace a la hoja de cálculo que has creado en el video? Así podríamos hacer una copia a nuestro google drive personal y tendríamos una hoja para empezar a trabajar. Saludos!
Hola Skanport!
En cuanto tenga un rato, enriquezco un poco más la Excel y la comparto con todos vosotros 😉
Un saludo,
Alejandro
Hola de nuevo skanport!
Ya he compartido la hoja de cálculo. Puedes acceder a ella pinchando aquí.
Si tuvieses cualquier problema, no dudes en decírmelo.
Un saludo,
Alejandro
Hola Alejandro: ¡gran artículo! Coincido de pleno.
Por si te fuera útil, en mi post relacionado («4 consejos para disparar tu capacidad de ahorro hoy» – https://inversormillennial.com/2018/09/25/4-consejos-para-disparar-tu-capacidad-de-ahorro-hoy/) tengo un link a la hoja excel que yo uso para llevar mis cuentas. Ahí te lo dejo por si le quieres echar un ojo.
¡Un abrazo y sigue dándole caña al blog, que me encanta! 🙂
¡Muchas gracias Inversor Millennial!
No había leído tu artículo y he de decir que 100% de acuerdo con todo. Incluso el principio del artículo sobre las excusas para no ahorrar es muy similar al mío 🙂
Un abrazo,
Alejandro
Buena entrada para todo aquel que esté buscando iniciarse en el ahorro.
Desde hace tiempo llevo una excel con mis gastos categorizados que me ayuda a tenerlo todo bajo control y con el tiempo he ido haciéndola mucho más específica. Es una herramienta muy poderosa.
Un saludo.