🗣️ Si lo prefieres, puedes escucharlo.

¿Qué te ha parecido el titular «clickbait»?

Te voy a ser sincero, estoy cansado de estos titulares.

Porque siempre los abro.

Así que hoy lo he usado yo.

Lamentablemente, yo no tengo 35 años de experiencia en el sector financiero.

Quien sí los tiene es Martín Huete.

En la charla «Las mentiras del Sistema. Usos y prácticas que perjudican al inversor», Martín explica todos los trucos que utiliza el oligopolio bancario para enriquecerse a costa de los pequeños inversores.

También cómo emplea su poder para cerrar o dificultar la entrada de la competencia.

En una de las partes más interesantes de la charla, cuenta la accidentada llegada de las grandes gestoras internacionales a España.

Estas gestoras ofrecían fondos mejores y más baratos que los bancos españoles.

Pero la única forma que tenían de ponerlos a la venta era a través de la red comercial bancaria.

La gran banca española no iba a permitir que se les quitara parte del pastel de los fondos de forma gratuita.

¿Y qué hicieron?

Exigir a estas gestoras la creación de una nueva clase de fondos que les dejara una suculenta retrocesión.

«Espera Alejandro. ¿Clase de fondos? ¿Retrocesión? Muchas cosas nuevas»

Lo sé.

Te explico.

Un fondo de inversión se divide en diferentes «clases».

Cada clase se define con una letra o palabra que aparece al final del nombre del fondo.

Por ejemplo, en la ficha del fondo Santander Acciones Españolas podemos encontrar hasta 6 clases diferentes.

Todas las clases tienen el mismo objetivo y política de inversión.

Sin embargo, hay dos diferencias fundamentales entre ellas:

  1. El mínimo de entrada
  2. Los costes del fondo

Cuanto mayor es el mínimo de entrada, menores son los costes del fondo.

ClaseMínimo de entradaCostes
A500€2,30%
B20.000€1,95%
C100.000€1,60%
D20.000€1,98%
Cartera20€0,42%
Máster500.000€0,03%
Clases del fondo Santander Acciones Españolas (Fuente: Ficha CNMV)

El motivo principal para dividir un fondo en diferentes clases es el cliente objetivo.

A los clientes VIP se les venden los fondos más baratos y con mayor mínimo de entrada.

A los pequeños clientes se les venden los fondos más caros y con menor mínimo de entrada.

Por ejemplo, en el caso del fondo del Santander, las clases A, B y C están destinadas a tres perfiles de cliente distintos.

Pero, este no es el único motivo para tener diferentes clases.

El segundo motivo es el intermediario que comercializará el fondo.

En unas ocasiones, el fondo puede ser parte de la cartera de otro fondo o producto financiero.

Es el caso de las clases Cartera y Máster del fondo del Santander.

En otras ocasiones, el fondo no será vendido por el mismo banco sino por un tercero como, por ejemplo, un asesor financiero.

Y para incentivar la venta de estos productos se inventaron «las retrocesiones».

Una retrocesión es la parte de la comisión de gestión que la gestora paga al intermediario por haber vendido su fondo.

Las gestoras internacionales que querían aterrizar en España no ofrecían retrocesiones.

Por lo que si querían acceder a la red comercial, tenían que crear una clase especial para el mercado español que sí aceptase el pago de retrocesiones.

Así nació la clase E de España.

¿Y cómo se relaciona todo esto con los PIAS de los que hemos hablado en las últimas semanas?

Lo descubrirás en el próximo «Cultura financiera en 2 minutos».