María y David son compañeros de universidad.
Al acabar sus estudios, comienzan a trabajar en la misma empresa.
Un día se encuentran en la máquina de café mientras David presume de su nuevo móvil.
– David, deberías comenzar a ahorrar e invertir a largo plazo. El sistema de pensiones no es sostenible y tendremos una pensión pública ridícula.
– ¡María, soy joven! No es el momento de ponerse a pensar en la jubilación. Eso ya lo haré cuando tenga 40 o 50 años. Además, para ahorrar 300€ al mes, mejor vivo la vida y ahorro cuando tenga mejor sueldo.
María decide predicar con el ejemplo y ahorra cada mes 300€ que invierte en un fondo indexado de renta variable mundial.
David, por su parte, continúa «viviendo la vida» y cada mes gasta todo su sueldo en caprichos.
Tras unos meses, María cambia de empresa y ambos pierden el contacto.
15 años después, ambos se vuelven a encontrar.
– ¡Hombre María! ¡Qué alegría verte! Justo quería hablar contigo. Hace unos días me acordé de la conversación que tuvimos hace años sobre las pensiones. Ahora que ya estamos cerca de los 40 creo que debería empezar a invertir. Mi idea era aportar unos 600€ al mes para preparar mi jubilación.
– ¡David, me alegra que hayas tomado esa decisión! Tengo que decirte que yo he dejado de aportar dinero a mi fondo. Parte de mis ingresos los dedico a la hipoteca y el resto lo disfruto con mi familia.
– Pero….María….todo el esfuerzo que hiciste cuando eras joven…¡Ya verás que al final tengo yo más dinero para la pensión que tú!
– David, no infravalores el poder del interés compuesto….
Se despiden y no se vuelven a ver hasta 25 años después en una fiesta de su antigua empresa.
– ¡María! ¡Cuánto tiempo! Oye no te lo vas a creer, invertí en un fondo indexado que me ha dado una rentabilidad anual del 7%….¡y ahora mi cartera vale 487.000€! Dinero más que suficiente para complementar la ridícula pensión pública que nos espera ¡Muchas gracias por tu consejo!
– ¡De nada David! Yo también dejé mi dinero creciendo y ahora tengo 525.000€.
– ¿¿Cómo?? ¡Pero si dejaste de invertir hace 25 años! ¿Cómo es posible que tengas más dinero que yo?
– Te lo dije David. No debías subestimar el poder del interés compuesto…
Y tú, ¿cómo pensabas que iba acabar la historia de David y María?
Pues todavía hay un dato que no conoces.
¿Sabes cuánto dinero aportó cada uno? María, 54.000€ y David, 180.000€.
Subestimar el interés compuesto le costó a David 126.000€.
Sin embargo, este error es habitual entre la mayoría de jóvenes.
Incluso la gente que lleva años invirtiendo, si les preguntas por su mayor error financiero, te dirán: «No haber comenzado antes a invertir».
Porque ellos saben perfectamente que el poder del interés compuesto es ENORME y cuanto antes hagas uso de él, antes te beneficiarás.
Ahora, si no tienes 20 años, quizás esta historia te desmotive a invertir y pienses que ya han pasado los mejores años de tu vida.
Ni mucho menos.
Después de ayer, el mejor momento para ahorrar e invertir a largo plazo es hoy.
Recuerda, no podemos cambiar nuestro pasado pero sí podemos cambiar nuestro futuro.
