«En este mundo no hay nada seguro, excepto la muerte y los impuestos»
Benjamin Franklin
El próximo 3 de abril comienza la campaña de la Renta 2023.
Y como cada año, millones de españoles abren el borrador sin entender una sola palabra.
Base imponible, base liquidable, deducciones, reducciones, plusvalías…
Todo se resume en dos palabras: «Sudores fríos».
Sin embargo, la declaración de la Renta es sencilla para el 80% de la población.
Empecemos por lo básico.
La declaración de la Renta es el momento del año en el que debemos demostrar a Hacienda si el año anterior hemos pagado más o menos de los impuestos de los que debíamos.
Lo sé. Pagas muchos tipos de impuestos.
Trabajas, pagas impuestos.
Ahorras, pagas impuestos.
Consumes, pagas impuestos
Heredas, pagas impuestos.
Te vas al otro barrio, pagas impuestos.
En este caso, hablamos de los impuestos a pagar por tu trabajo y tus ahorros.
Durante el año, Hacienda se encarga de que pagues estos impuestos por adelantado a través de las famosas «retenciones a cuenta».
¿Recibes un salario? Hacienda se queda con una parte.
¿Cobras intereses de un depósito? Hacienda se queda una parte.
¿Has vendido una propiedad? Hacienda se queda una parte.
Luego, tú puedes usar ese dinero para fines con beneficios fiscales: aportar a un plan de pensiones, pagar tu vivienda habitual (si la compraste antes de 2013), pagar una pensión compensatoria a tu ex-pareja…
Además, puede haber casos en los que tu pagador no te haya aplicado ninguna retención por lo que Hacienda no ha cobrado la parte que le correspondía.
La declaración de la Renta es el momento donde declaramos todos los cobros y gastos que hemos tenido y Hacienda nos pasa nuestra factura fiscal.
Es decir, cuánto deberíamos haber pagado al fisco.
Pueden pasar dos cosas:
Has pagado impuestos de menos ➡️ «Te sale a pagar»
Has pagado impuestos de más ➡️ «Te sale a devolver»
Y ahora llega la lección que te debes llevar de la newsletter de hoy.
Si te sale a devoler, NO DEBES ALEGRARTE.
De lo contrario, te estás alegrando por haber hecho un préstamo a Hacienda al 0%.
Y ese dinero podría haber estado trabajando para ti.
En lugar de para otros, sin recibir nada a cambio.
Es cierto que, a veces, no puedes evitarlo ya que esa devolución es el resultado de gastos sujetos a beneficios fiscales como, por ejemplo, los planes de pensiones.
Sin embargo, en otras ocasiones, se debe a que algún pagador (habitualmente tu empresa) te está reteniendo en exceso.
Con esto tienes material suficiente para discutir en la próxima comida familiar cuando alguien se te acerque con una sonrisa de oreja a oreja porque «le ha salido a devolver».
