Así que para estudiar la declaración de la Renta, diseñé este DFD que me hizo entenderla para siempre.
La declaración de la Renta en una imagen. Fuente: Elaboración propia
¿No lo entiendes? Te lo explico.
Entrada al sistema: Rentas y pagos por adelantado
Durante el año recibes rentas de diferentes fuentes.
A la mayoría de estas rentas se les aplica una «retención» que aparece en Hacienda como un «ingreso a cuenta».
En el caso de los trabajos por cuenta propia, pagas trimestralmente el IRPF mediante «pagos fraccionados».
Estas son las entradas al sistema: cuánto has pagado ya (retenciones a cuenta y pagos fraccionados) y cuánto has ganado.
Ahora vamos a ver cómo llegamos a la salida.
Clasificación de rentas
Las rentas se dividen en dos (*): – La «base del ahorro»: rentas de dividendos, productos financieros… – La «base general»: rentas procedentes del salario, trabajos por cuenta propia, alquileres…
A cada una de estas bases se aplican una serie de procesos hasta obtener tu factura fiscal.
Integración y compensación de rentas
En la declaración de la Renta no declaras solo ganancias sino también pérdidas.
Por ejemplo, si inviertes en bolsa y has vendido con pérdidas, podrás reducir los impuestos que pagas de las ganancias al integrar unas con otras.
Este proceso tiene como resultado la «base imponible».
Reducciones
Las reducciones nos permiten rebajar nuestra base imponible.
Las más habituales son las aportaciones a planes de pensiones, las pensiones compensatorias por alimentos o la reducción por tributación conjunta.
Tras aplicar las reducciones obtenemos la «base liquidable».
Gravamen
La base liquidable es la que determina el tipo impositivo a pagar.
Tras aplicar los tipos de los diferentes tramos, obtenemos la «cuota íntegra».
En el caso de la base general, a la cuota íntegra se le resta el «mínimo personal y familiar» (MPF).
El mínimo personal y familiar es una disminución del IRPF que depende de las circunstancias personales y familiares de cada uno (hijos a su cargo, personas con discapacidad, etc).
Deducciones
La cuota íntegra se puede reducir gracias a las «deducciones» (no confundir con las «reducciones»).
Las reducciones reducen la base imponible y, por lo tanto, reducen el tipo impositivo a aplicar.
En cambio, las deducciones reducen la cuota íntegra y reducen la factura fiscal independientemente de las rentas de cada uno.
Tras aplicar las deducciones obtenemos la «cuota líquida».
Salida del sistema: la cuota diferencial
Una vez calculada la cuota líquida, estamos a un paso de saber si la declaración de la Renta nos sale a pagar o a devolver (**).
Para ello, a la cuota líquida le restamos lo que hemos ya pagado a Hacienda por adelantado mediante los ingresos a cuenta y pagos fraccionados.
Así obtendremos la «cuota diferencial».
Si la cuota diferencial es positiva, nos sale a pagar.
Si es negativa, nos sale a devolver.
Ahora, ya tienes el mapa para hacer tu declaración de la Renta.
Si no las has presentado, te recomiendo que entres en Renta Web y busques cada uno de los conceptos que te he explicado hoy.
Porque recuerda, si no conoces las reglas, no puedes ganar el juego.
(*) Esta división es una simplificación.
(**) Realmente, habría que aplicar los incrementos y deducciones para obtener la cuota resultante pero, por sencillez, nos saltamos ese paso.
