«Dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, hazme participe de algo y lo aprenderé»

Confucio

Cada día se publican nuevos estudios y encuestas que reflejan un problema importante dentro de la sociedad española: El conocimiento medio de los españoles sobre productos de inversión es insuficiente. Lo último en salir a la luz  ha sido esta encuesta de ING en la que se afirma que, aproximadamente, un 60% de los españoles desconoce qué es un fondo de inversión.

EncuestaING
Fuente: Encuesta Internacional ING sobre Ahorros – Nota de Prensa

De esta encuesta habría dos datos a poner en cuarentena:

  • Una muestra bastante reducida: 14.664 personas en 15 países
  • Intereses de ING en promocionar los fondos de inversión

Si cogemos un poco de perspectiva sobre la cultura inversora española de los últimos años, los resultados de esta encuesta no nos deberían coger por sorpresa. Vivimos en un país en el que hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria las inversiones habituales eran:

  1. Depósitos
  2. Hipoteca (aunque esto lo considero un gasto más que una inversión)
  3. Si me sobraba dinero, lo que me recomendase el director de mi banco «de confianza». ¿Alguien ha dicho «preferentes»?

Como vemos, la cultura financiera española siempre ha sido muy limitada y este desconocimiento nos lleva también a tener una aversión al riesgo muy alta. Lógico y normal. Si no conozco un producto, no meto mi dinero en él…a no ser que el comercial de turno me lo disfrace, ¿he vuelto a oir «preferentes»?

Ahora viene la pregunta del millón, ¿cómo solucionamos esto?

¿Educación financiera en la escuela? No, gracias

En la misma encuesta de ING también queda reflejado un pensamiento cada vez más generalizado dentro de la sociedad española: La educación financiera debería ser obligatoria dentro del sistema educativo.

El razonamiento es sencillo (y simplista): Obligando a nuestros hijos a estudiar una materia (que aborrecerán), cuando tengan suficiente ahorro serán perfectamente capaces de contratar un fondo de inversión sin que les engañen con la letra pequeña.

Sin embargo, todos sabemos que esto no funciona así. ¿Cuántos de nosotros hemos estudiado sobre ríos, cordilleras, montañas, capitales de países, monumentos…y únicamente hemos conseguido grabar en nuestra memoria toda esta información cuando hemos experimentado con ella? Podremos «empollar» 100 veces el mapa de España pero únicamente ubicaremos correctamente las ciudades cuando viajemos y vivamos el país. Este mismo proceso aplica con la educación financiera. Únicamente aprenderemos experimentando y tomando parte activa de la inversión.

Disfrutemos de la tormenta

Una vez descartada la educación financiera universal y obligatoria como solución a todos los males, nos queda una alternativa: La formación y el aprendizaje por necesidad, como modo de supervivencia y es en este punto en el que nos encontramos ahora mismo. Las limitaciones impuestas por el Banco de España sobre las rentabilidades de los depósitos y la barra libre de dinero del Banco Central Europeo han propiciado que nos encontremos ante la tormenta perfecta para salir de nuestra zona de confort inversora y abrir nuevos horizontes a la inversión española de toda la vida.

Esto no es nada más que el principio. No se trata de pegar el próximo gran pelotazo (lo siento, si buscas eso, este no es tu blog) sino de cambiar el modo en el que has visto hasta ahora tu dinero y tus inversiones. En próximos artículos hablaremos sobre cómo llevar a cabo este proceso de cambio.

Y recuerda, el mejor momento es ahora.

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