«Aprender a ignorar cosas es un magnífico camino para llegar a la paz interior»
Robert J. Sawyer
Periódicos digitales, redes sociales, YouTube, blogs, canales de televisión 24h, listas de correo…Cada día recibimos decenas de noticias a través de nuestra televisión, ordenador, tablet o teléfono móvil. En un mundo hiperconectado mantenerse ajeno al ruido informativo parece una misión imposible.
Sin embargo, este aumento de la cantidad de información ha conllevado una reducción de la calidad. Más bien al contrario. La enorme competencia entre medios nos ha llevado a la dictadura del clickbait. Esto impacta negativamente no solo en tu vida personal sino también en tus inversiones.
En el artículo de hoy veremos cómo nos perjudica la exposición informativa, cómo la prensa «hackea» nuestros sesgos cognitivos y qué estrategias aplicar para salir vencedores de esta guerra informativa.
Contenido
Los medios de comunicación: Hackers de tu cerebro
Al consumidor habitual de información le gustan los titulares que:
- Tocan sus emociones (miedo, envidia, codicia…)
- Relatan sucesos raros
Noticias que tengan alguna de las dos cualidades abundan en los medios. Sin embargo, la intersección de ambas es la fórmula del éxito.
Así, no es raro encontrar la noticia del niño que compró 1000$ en Bitcoins y ahora es millonario (¡Déjate de fondos indexados y ETFs!¡Lo que debes hacer es comprar Bitcoins!) o la familia que perdió sus ahorros con acciones del Banco Popular («¡Olvídate de la inversión periódica y diversificar entidades!¡Lo mejor es tener el dinero debajo del colchón!).
Todos ellos, eventos raros que no representan la normalidad de los mercados. Sin embargo, lo particular (y raro) siempre vence a lo general (y habitual). Como dijo Joseph Stalin. «Una sola muerte es una tragedia, un millón es una estadística».
Este periodismo sensacionalista produce daños colaterales sobre nuestro comportamiento inversor.
El sesgo de disponibilidad
«Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad»
Joseph Göbbels
Daniel Kahneman y Amos Tversky, padres de la economía conductual, demostraron que los seres humanos sobrevaloramos la probabilidad de un evento raro si estamos continuamente expuestos a él. Esto se conoce como sesgo de disponibilidad.
Un claro ejemplo es el mensaje bursátil-apocalíptico que los medios difunden anualmente través del gurú de turno. Veamos algunos ejemplos:
Este martilleo apocalíptico influye dicho sesgo de disponibilidad. Por mucho que intentemos mantenernos en el camino, cualquier pequeña caída de la bolsa nos puede llevar a pensar que esa próxima crisis está a la vuelta de la esquina y nos lleve a vender en el peor momento. Sino que se lo pregunten a los inversores que hicieron caso a BusinessWeek con su portada «The Death of Equities». En 1979 anunciaban la muerte de las acciones y 3 años más tarde comenzaba uno de los mercados alcistas más largos de la historia.
En resumen, ignorar estas noticias es crucial si queremos ser inversores a largo plazo de éxito.
La falacia narrativa
«Un erudito es alguien que demuestra menos de los que sabe; un periodista o consultor es lo contrario»
Nassim Taleb
Los mercados financieros son inciertos y se caracterizan por un alto grado de aleatoriedad. En la mayoría de ocasiones, los eventos financieros ocurren sin que haya un motivo visible o, por lo menos, un único motivo.
Sin embargo, los seres humanos estamos cableados para buscar causas y patrones a todo lo que ocurre a nuestro alrededor.
En su libro «El Cisne Negro», Nassim Taleb explica cómo esta búsqueda de la causalidad junto a nuestro amor por las historias sencillas y convincentes nos hace caer en la falacia narrativa.
En la prensa salmón encontramos falacias narrativas casi a diario.
La imagen superior muestra un claro ejemplo de falacia narrativa. Según el periodista, los mercados financieros han subido porque EE.UU y China han anunciado avances en sus negociaciones.
Sin embargo, nada puede demostrar que la semana alcista se debe realmente al avance en las negociaciones entre ambos países. No obstante, la historia parece convincente.
Ahora imaginemos que la bolsa hubiese caído durante esa misma semana. El titular podría haber sido: «Los inversores reciben con incredulidad los avances de EEUU y China: El carácter excéntrico e impredecible de Donald Trump mantiene escéptico al mercado».
Una vez ocurridos los acontecimientos, cualquier historia es aceptada por nuestro cerebro.
Cómo vivir en un mundo infoxicado
Esta escasa utilidad de la información diaria nos lleva a la siguiente cuestión: ¿cómo eliminamos el ruido informativo para quedarnos únicamente con aquello realmente valioso para nuestros objetivos personales?
Para esta pregunta existen dos respuestas basadas en estrategias radicalmente opuestas:
- La dieta hipoinformativa
- El movimiento «Slow Media»
La dieta hipoinformativa
La dieta hipoinformativa o «low information diet» es una práctica recomendada por Tim Ferriss en su libro «La Semana Laboral de 4 horas». Esta estrategia de consumo de información es popular en Estados Unidos y es practicada por uno de mis blogueros favoritos, Mr.Money Mustache.
Según Ferriss, casi toda la información que consume tu tiempo es negativa, irrelevante de cara a tus objetivos y está fuera de tu radio de influencia.
Para comenzar tu dieta hipoinformativa, recomienda un ayuno informativo de cinco días. Durante estos cinco días no está permitido:
- Leer periódicos o revistas
- Visitar webs de noticias
- Ver televisión (excepto 1 hora al día por ocio, e.g. un capítulo de tu serie favorita)
- Leer libros (solo 1 hora al día de novela para relajarte antes de dormir)
- Nada de navegar por Internet (solo lo necesario para tus tareas de ese dia)
Una vez pasado este ayuno informativo, aconseja integrar dos hábitos en tu consumo diario de información:
- Aplica el filtro inmediato/importante: Siempre que te llegue nueva información pregúntate: «¿Voy a usar esta información en algo inmediato e importante?». Si no es así, descártala.
- Practica el arte de no terminar: Cuando realizamos una inversión no rentable, sentimos la obligación de invertir más recursos en ella para «no perder» la inversión previa. Esto se conoce como «falacia de los costes irrecuperables» y caemos en ella en muchos momentos de nuestra vida. Por ejemplo, en nuestro consumo de información. Si un libro, un artículo o un curso no te está gustando, abandónalo. Dejar algo a medias suele ser mucho mejor que terminarlo.
Cuando empieces con la dieta hipoinformativa quizás sufras el síndrome de abstinencia informativa y tu cuerpo te pida un pequeño snack informativo.
En ese caso, te puede ser útil instalar en tu móvil/ordenador alguno de los siguientes bloqueadores web:
- Freedom: Aplicación compatible con múltiples sistemas operativos y navegadores
- LeechBlock: Extensión para navegador (Chrome/Firefox)
- SelfControl: Aplicación de escritorio (Mac OS X)
Si la dieta hipoinformativa estadounidense es demasiado radical para ti, quizás prefieres la alternativa europea más orientada en la calidad que en la cantidad.
El movimiento «Slow media»
En su libro «Digital Minimalism», el escritor y profesor estadounidense Cal Newport introduce una serie de conceptos, prácticas y principios para desenvolvernos mejor en el mundo digital actual.
En él introduce el movimiento «Slow Media». Este movimiento tiene como base el «Slow Media Manifesto» firmado por tres alemanes expertos en sociología, tecnología e investigación de mercados.
Igual que el movimiento «Slow Food» prioriza la calidad de la comida sobre la inmediatez de la comida rápida, el movimiento «Slow Media» promueve un consumo informativo intencional y de alta calidad frente al consumo rutinario, cíclico, inconsciente y de baja calidad.
Si quieres unirte al movimiento «Slow Media», puedes hacerlo en tres pasos:
1. Sé exigente con tus fuentes de información
La primera acción es realizar una selección a consciencia de tus fuentes de información.
Seguramente, esto te llevará a eliminar las páginas principales de muchos periódicos digitales llenos de artículos clickbait, eliminar el canal 24h de tu televisor o desinstalar Google News de tu móvil.
Tras eliminar las fuentes de información que no alcanzan la calidad mínima exigida, deberás elegir aquellas que sí lo hacen.
Aquí no debemos limitarnos solo a periódicos digitales. Una de las ventajas de Internet ha sido la democratización en la producción de contenidos. Periodistas independientes, blogueros, twitteros o youtubers pueden ser fuentes de información de mucha mayor calidad que los grandes medios tradicionales.
2. Evita el sesgo de confirmación
El segundo paso del movimiento «Slow Media» es buscar fuentes de información contrarias a tu ideología o posición. Así evitaremos caer en el famoso sesgo de confirmación.
Este sesgo es el culpable de que busquemos siempre fuentes que confirmen nuestras ideas. Nos sentimos incómodos ante ideas contrarias. Esto te permitirá no solo abrir tu mente sino fortalecer tus argumentos frente a otras posturas.
¿Eres seguidor de la inversión pasiva? Lee libros y únete a foros donde se hable sobre fondos de gestión activa y selección de valores.
No hay nada como conocer al «enemigo» desde dentro 😉
3. Realiza un consumo consciente
Una de las costumbres más arraigadas entre la mayoría de nosotros es el consumo inconsciente de noticias. Pasamos de una web a otro como autómatas. La mayoría de veces solo para matar ratos muertos o por simple rutina.
En su lugar, reservemos un momento del día para leer artículos de nuestro interés con la atención e intencionalidad necesaria.
Los artículos interesantes que encontremos durante el día, los guardaremos en alguna aplicación «Leer más tarde» que, además, eliminará los anuncios y artículos clickbait que dificultan la lectura.
Algunas aplicaciones «Leer más tarde» recomendables:
- Instapaper: Disponible en versión web y móvil (Android/iOS). Para guardar tus artículos, debes utilizar un marcador que proporcionan en su web al registrarse.
- Pocket: Disponible en versión web, escritorio (Mac OS X) y móvil (Android/iOS). Puedes guardar tus artículos rápidamente puedes instalar una extensión de navegador (Chrome/Firefox/Safari/Edge)).
Resumen y conclusiones
El siglo XXI nos recibió con un mundo lleno de cambios, novedades e inmediatez. Sin embargo, nuestro cerebro cavernícola sufre en un entorno informativo completamente diferente a aquel donde evolucionó.
Por ese motivo, hoy es más necesario que nunca un plan de acción que proteja nuestra cartera y nuestras decisiones del ruido informativo que nos rodea.
Y tú , ¿lees la prensa financiera a diario o aplicas alguna estrategia para permanecer ajeno a ella? No dudes en dejar tu opinión en los comentarios 🙂
Que gran artículo Alejandro.
Lo que predicas tb lo hace Antonio Rico en su blog y yo siempre me llevo prensa salmón en la mochila cuando hago senderismo, asi tengo con que limpiarme el trasero en caso de emergencia.
Un saludo
¡Muchas gracias inversor impasible!
Muy bueno lo de llevar la prensa salmón para el senderismo. Me apunto la idea 🙂
Alejandro, estoy muy de acuerdo con tu artículo.
Mi foro favorito de inversión pasiva es el de bogleheads.
¿Cuales sigues de inversión activa?
Saludos,
Hola Jesús!
Yo sigo una dieta hipoinformativa. Sobre inversión leo sobre todo libros y, de vez en cuando, entro en carterapermanenteforo.es, bogleheads.es y sus versiones inglesas (gyroscopicinvesting y bogleheads.org).
Sobre inversión activa, también suelo optar por los libros. Los últimos que he leído este verano han sido «El inversor inteligente» y «Un paso por delante de Wall Street».
Un saludo
Muy interesante el artículo.
¡Muchas gracias Pablo!
¿Sigues alguna de las estrategias que menciono?
Yo no tengo tele, no leo periódicos ni escucho la radio. La mayor parte de la información es basura como bien dices. En el coche camino del trabajo escucho podcasts y en casa mientras cocino o hago las tareas del hogar veo videos en youtube. Hay verdaderas joyas ahí fuera hechas por personas que saben muchísimo y que le dan mil vueltas a casi todo lo que puedes ver en diarios, TV o radio.
Completamente de acuerdo Laertes.
Nosotros en casa no encendemos apenas la televisión durante la semana. Ahora mismo solo vemos Masterchef porque nos gusta mucho la cocina (y lo vemos por streaming porque las horas a las que acaba no son sanas trabajando al día siguiente).
El fin de semana sí que vemos alguna serie por Netflix o HBO y también escucho podcass de vez en cuando camino del trabajo.
Un saludo!
Llevo años sin ver la tele ni leer periódicos y ahora, cuando estoy en casa de alguien y coincide que tienen puesta la television, soy consciente de la paz mental que he ganado prescindiendo de ella.
Otra opción es en vez de leer periódicos o ver telediarios, hacer una lectura más reposada de libros que traten de la actualidad (current affairs books). Por ejemplo un libro sobre la guerra comercial con China, otro sobre el Brexit, otro sobre el uso de datos y las empresas tecnológicas, otro sobre la crisis del sistema de pensiones en España, otro sobre las tierras raras y su importancia estratégica, etc…
Hola Trapero,
La verdad que ese hábito es mucho mejor que consumir información «just-in-time». Permite digerir un poco más los acontecimientos y separar lo importante de lo irrelevante.
Un saludo,
Alejandro
Joder, muy buen articulo, muy Mindfulness (seguro que te gustaría la practica)
¡Muchas gracias Andromeda!
La verdad es que el mindfulness es una práctica sobre la que he leído un poco pero que nunca he llegado a practicar.
Un saludo,
Alejandro
me podrias adjuntar en tu emailing.
Estoy empezando en esto de invertir y no tengo ni idea como he dado con vosotros pero me encanta , gracias
Hola Luis,
Para unirte a «Que no te o inviertan», solo tienes que darte de alta en la siguiente página:
https://www.quenoteloinviertan.com/guia-ahorrador-activo-inversor-pasivo/
Ahí recibirás las instrucciones para confirmar tu suscripción y recibirás la guía de «De ahorrador activo a inversor pasivo» donde explico los conceptos básicos de la inversión pasiva.
Un saludo,
Alejandro